Thursday, July 10, 2014

Historias mikroskópikas

                                               imagen: ewakaa.com 1999



 
Algunos dicen k toda historia tiene dos partes. Lo k muchos olvidan, (komo muchas otras kosas) es k esto suele ser falso. Kada historia, tiene muchas otros puntos de vista. Todos los ojos k la observan, los k la viven y aún los k no; tienen voz propia. La mía, la de él, la de kienes lo vieron, la de kienes la olvidaron.

La historia de la noche k el estuvo presente. La historia del anfiteatro húmedo y frío en él k ella se presentaría akella vez. La historia de la universidad, k fuese tan importante para ella y para él y k fuese tan irrelevante para muchos. Él dice k no olvida esa noche y su traje azul en la tarima. También  dice k había otros, pero k no rekuerda a nadie más.

Ella rekuerda k era la primera vez k kantaba en públiko. Y k su voz no armonizaba kon las demás muchachas y por eso kantaba kon los varones. También esta segura de k no usaba traje, sino falda. Y k no necesito ser korta, ni muy ajustada. También sabía k no solo era azul, si no k era azul cielo y k tenía tonos melokotón. Ella rekuerda k le vió. Pero sabía k ya le conocía.

La historia de la voz k se unió a otras voces. La alegría de la vibración interna. La emoción de él al eskucharle y la de ella al sentirse eskuchada. La historia de la falda y sus kolores. Y la historia de los paramecios en el diseño de la falda.  No los notó hasta años después, pero allí estaban. Sorprendiendo a su memoria, komo la primera vez k les vió en un mikroskopio, tras rekoger agua del pozo en la loma. Recordó komo hay ciertas kosas k no se pueden imitar, ni obviar. Y a los kompañeros de eskuela elemental, k kisieron enagañar  a la maestra rekogiendo agua del grifo.

- Que observas en el mikroskopio?
- Nada.
-Ah..por que esta agua no rekolekto de donde se suponía.  No hay organismos vivos, pk no es de agua de la naturaleza.

En ese momento ella no rekonocía la marka k llevaba en su kuerpo y k la exponía. Los mikro-organismos de su falda se reproducían. Manisfestaban su independencia y unían sin saber, a akellos dos seres. Los cilios se alimentaron de la emoción al verse y al hablarse. Akellas dos kriaturas de kampo, se fusionaban y adaptaban a la ciudad komo las agigantadas réplicas unicelulares de la tela.

Pero ni él ni ella aún no a sabía esto. Mucho tiempo después enkontró la falda. Ella la transformaría en cenizas k se tragarían sus pulmones. Los mismo k se llenaron de aire y valentía k se atrevieron a decir lo k sentía.  En el instante en el k él soltó una karkajada llena de felicidad, tras ella haber dicho antes, lo k el   moría por revelar. Las dudas se hicieron cenizas y los paramecios bailaron  en un charko kualkiera, a un mismo son.

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